Las firmas del automóvil logran que la Comisión Europea flexibilice los límites de emisión de gases
[Fuente: Joaquín Rábago La Opinion de Zamora, 14.11.2017 Ver original]
Es el afán de lucro de la industria acaso más importante que la salud de los ciudadanos o el futuro del planeta? Hay que hacerse esta pregunta ante lo que sucede en la capital de la UE. Allí, el poderoso lobby del automóvil ha logrado lo que muchos temían: flexibilizar en el último minuto los límites de emisión de gases de escape previstos por la Comisión Europea para el cumplimiento del acuerdo de París.
Precisamente Volkswagen, un grupo con participación del Estado, en concreto del "land" de Baja Sajonia, es quien ha encabezado ese combate. Como si no se hubiesen cubierto de oprobio manipulando las emisiones de diesel de sus modelos, Volkswagen, junto a otros fabricantes, se ha salido una vez más con la suya gracias a sus poderosos lobbies y sus valiosos contactos. Según el diario "Süddeutsche Zeitung", la industria buscó el apoyo de varios comisarios, incluidos los de países que como España y la República Checa acogen fábricas del grupo Volkswagen. Finalmente la Comisión no sólo aceptó menores reducciones de las emisiones de CO2 de los motores que las proyectadas inicialmente sino que renunció a imponer cuotas mínimas de coches eléctricos.
Tampoco han estado inactivos los "lobbies" en el tema del glifosato: gracias a las presiones de la industria agroquímica no hay todavía una fecha definitiva para poner fin a su uso en territorio europeo. En este caso, la Comisión quería prolongar otros diez años la autorización de ese herbicida sospechoso de cancerígeno sin que finalmente se consiguiese una mayoría cualificada. En la prolongación estaban de acuerdo también los Gobiernos de España y el Reino Unido, frente a la oposición de Francia, Italia y Austria y la abstención de Alemania, Polonia y otros. Para el grupo ecologista Equo, "la única manera de salir del callejón sin salida es que la Comisión escuche de una vez por todas al Parlamento europeo y a la ciudadanía y abandone el glifosato. El Europarlamento aprobó hace tres semanas una moción para poner progresivamente fin al uso agrícola de ese herbicida producido por Monsanto. La Organización Mundial de la Salud lo declaró ya en 2015 "posiblemente cancerígeno", y uno se pregunta qué se ha hecho mientras tanto del tan cacareado principio de precaución europeo. ¡Ay, las industrias y sus poderosos lobbies!